Además de los problemas actuales y cotidianos que enfrenta la población cubana, hay una dificultad que avanza silenciosamente y que afectará irremediablemente el futuro de la nación: la crisis demográfica. Cuba tiene un marcado envejecimiento poblacional y en el actual año disminuyó la población joven y aumenta el grupo de 60 años o más, según datos oficiales.
De acuerdo con el discurso pronunciado por el primer ministro Manuel Marrero Cruz, que el país “no logra desde hace más de 30 años la tasa de reemplazo poblacional, que es de dos hijos por cada mujer”.
La situación económica no incentiva a las nuevas parejas a tener hijos y además el descomunal éxodo migratorio del actual año traen como consecuencia que los indicadores demográficos tengan grandes señales de alarma desde ahora y hacia el futuro.
Por ejemplo, según el informe de Marrero Cruz en la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP), de los poco más de 11 millones de cubanos, casi 1.4 millones pertenecen al grupo de 60 años o más, para un 21.6%, significando un crecimiento con respecto al año precedente.
El dirigente intentó mostrar el envejecimiento poblacional como un logro del sistema comunista que es propio de naciones desarrolladas, aunque Cuba tiene “una economía en vías de desarrollo y persistentemente bloqueada”.
En este sentido, culpó a las naciones desarrolladas que necesitan de mano de obra joven por fomentar la migración.
“Más del 80% del crecimiento de la población del mundo se concentra en los países en vías de desarrollo. En las naciones desarrolladas generalmente no crece la población, y aunque en muchos casos han aplicado políticas para incrementar la fecundidad y el crecimiento poblacional, sus indicadores resultan dudosos, por lo que han tenido que recurrir a la migración con el propósito de paliar el déficit de fuerza de trabajo”, señaló el primer ministro.
El abandono del campo cubano también se refleja en las estadísticas oficiales, donde municipios enteros, alejados de las grandes ciudades capitales, han quedado casi despoblados.
De acuerdo con la Oficina Nacional de Estadística e Información (Onei), en las áreas rurales solo vive el 23% de la población cubana.
Durante años se vienen implementando medidas para intentar detener estas problemáticas demográficas, pero de nada han servido. “Las acciones desarrolladas hasta el momento no logran detener el deterioro de la tendencia demográfica en el país, y la población cubana mantiene un decrecimiento natural”, reconoció Marrero Cruz.