Un reporte preliminar de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte de Estados Unidos (NTSB, por sus siglas en inglés) reveló que la avioneta rusa Antonov AN-2, propiedad de la Empresa Nacional de Servicios Aéreos (ENSA) tuvo “problemas técnicos”, mientras era conducida por dos pilotos subcontratados a una empresa estadounidense.
Según el informe, el aeroplano cayó al suelo cuando era conducido desde el pequeño aeropuerto de entrenamiento y transición en Dade-Collier, donde aterrizó el cubano Rubén Martínez el pasado 21 de octubre, hacia una pista ejecutiva en Fort Lauderdale.
La NTSB indica que antes de despegar se realizó una inspección de la avioneta matrícula CU-A1885 determinándose que era segura para volar. Sin embargo, pocos minutos después, los pilotos comenzaron a notar un exceso de humo que fue seguido por una pérdida de potencia del motor.
El avión comenzó a perder altura y fue entonces cuando los pilotos intentaron un aterrizaje de emergencia junto a un dique paralelo a un canal, a unas 15 millas al oeste del aeropuerto ejecutivo de Opa Locka.
En la maniobra, el tren aterrizaje de cola tocó tierra, provocando un giro brusco a la izquierda, que terminó por volcar la aeronave. Finalmente, el vehículo soviético quedó totalmente afectado producto del impacto con tierra.
La conclusión final de la NTSB es que el An-2 sufrió “daños sustanciales” y seguirán las investigaciones bajo la supervisión de esa dependencia federal.
El pasado 21 de octubre el piloto cubano Rubén Martínez robó la avioneta luego de planear su fuga por casi 12 días. El natural de Santa Clara trabajaba fumigando los cultivos y entregando la prensa cuando decidió emprender vuelo desde Sancti Spíritus hacia la Florida, un trayecto que cubrió en tres horas. El vuelo fue a baja altura para evitar los radares.
“Primero fui directo a lo que es aguas internacionales, luego directo para acá [Florida] y después fui por la costa oeste para evitar la población”, detalló el piloto en una entrevista a la cadena Telemundo.
Desde su llegada a EEUU, Martínez permanece recluido en el centro de detención de inmigrantes en Pompano Beach, Florida, a la espera de una corte de solicitud de asilo. En ese proceso un juez le denegó la fianza solicitada por su abogado Eduardo Soto.