En Ciego de Ávila ya no quedan carteros ni para entregar la prensa oficialista a los suscriptores de los periódicos en sus domicilios, según reconocen las autoridades de la sucursal provincial de Correos de Cuba.
De acuerdo con el diario oficialista Invasor, entre las causas identificadas de este fenómeno están el éxodo de fuerza laboral, los bajos salarios, malas condiciones de trabajo y falta de recursos como las bicicletas, principal medio utilizado por los carteros para transportarse barrio adentro.
“Todos están sin gomas, remendados, ponchados, algunos hasta salen a pie, arrastrando las llantas, y así no pueden cubrir su zona, imagínate las demás cuando hay falta de personal”, declaró al citado medio Osmaida Valdés Ramírez, administradora de la oficina Correos de Cuba ubicada en el reparto Vista Hermosa de la capital avileña.
Para destacar el esfuerzo de sus trabajadores, la funcionaria dijo que los carteros laboran “con bicicletas prestadas”, “cogiendo el ponche todos los días”, pagando los arreglos “de su bolsillo”.
El mismo diagnóstico lo tiene Yorleikys Gómez Arias, director adjunto de la Empresa Provincial de Correos de Ciego de Ávila, quien culpa a sus superiores en La Habana, pues afirma que de su parte se han hecho todas las gestiones.
“Primero, no tenemos piezas de repuesto. Ni gomas, por ejemplo. La empresa ha intentado gestionarlas, comprarlas, pero el grupo empresarial no logra importarlas. Y, en segundo lugar, hay un déficit en la plantilla de carteros”, reconoció Gómez Arias.
El diario Invasor indica que con los pocos carteros que hay en la provincia no se puede cubrir el trabajo que se deja de hacer por las plazas que quedan vacantes.
Un cartero es responsable de llevar la prensa, la asistencia social, la paquetería, giros, telegramas, entre otras encomiendas. Todo eso por menos de 3000 pesos mensuales. “Evidentemente, hay quien pedalea tres días y decide que no”.
Ante el panorama, los clientes de Correos de Cuba se quejan, pues la empresa estatal está incumpliendo con sus servicios por los cuales cobra bien caro. A raíz del ordenamiento monetario, el servicio de entrega de suscripción de la prensa a domicilio se multiplicó casi por cinco.
“Primero traían un día los periódicos de tres o cuatro jornadas atrasadas. Después los de la semana. Hasta que dejaron de venir. Se han presentado como tres compañeros, y trabajan dos o tres días, pero no hay estabilidad”, refiere el suscriptor avileño Juan Raúl Cárdenas Zaporta.
